Propaganda

Propaganda

Cuando observamos la propaganda del tiempo de nuestros abuelos podemos pensar que era un poco cruda, bestia y evidente, como si nuestros queridos antepasados fueran un poco planos y no advirtieran la manipulación a la que eran sometidos. Pensar eso es el inicio de la elevación propia del necio, del que se cree que con él llegó esa anhelada clarividencia tan escondida para el resto de los mortales de cualquier tiempo.
Cuando nos sintamos satisfechos con nosotros mismos, mirándonos el ombligo sin parar, podemos empezar a temblar.
Ojalá nuestros nietos sean más benignos en sus juicios hacia nosotros que lo que nosotros ahora somos con nuestros antecesores.

Pegada de carteles
Pegada de carteles