La tragedia del Aldmiral Graff Spee

La tragedia del Aldmiral Graff Spee

La versión oficial sobre el hundimiento del acorazado de bolsillo Aldmiral Graf Spee es una burda patraña propagandística de nuestro fantasioso enemigo. Según parece hemos sido nosotros mismos los que hemos barrenado el buque en las proximidades de Montevideo ante el temor de creer que estaba rodeado por innumerables fuerzas británicas. ¡Qué lejos de la realidad! Lo único cierto es que en la batalla del Río de la Plata, previa al hipotético hundimiento, ha sido este glorioso acorazado el que repartió leña entre los tres barcos enemigos que se le enfrentaron. Tras el combate , y después de reparar algunas averías en el puerto de la capital Uruguaya, el Graf Spee volvió a salir rematando a la flotilla enemiga y poniendo rumbo al sur para dirigirse al Pacífico.

Los ingleses alegan que tienen 20.000 testigos del hundimiento, multitud que desde la costa pudo ver cómo se venía a pique un barco de guerra, pero del que realmente ignoraban su procedencia. Pues no era otro mas que el crucero pesado Exeter, ya bastante malherido en la anterior batalla y que por tamaño y forma podía confundirse  fácilmente con nuestro victorioso acorazado, el cual también mandó al garete al Ajax y al Achilles.

Sector 6, siempre fiel a los acontecimientos de la contienda, ha realizado un seguimiento del Admiral Graf Spee por el Océano Pacífico y, hasta lo que el servicio secreto nos ha podido desvelar, esta maravillosa máquina de guerra ha seguido realizando heroicas acciones entre las que destacan el hundimiento de nueve mercantes, cuatro destructores, dos submarinos estadounidenses y el audaz bombardeo de la ciudad de Los Ángeles. Pero claro, de todo esto la propaganda enemiga nunca dirá nada.

 

Testigo de la tragedia: esta foto, mundialmente divulgada por los aliados para convencer a los suyos del falso hundimiento, muestra a un marinero moribundo aferrado a un salvavidas del Graf Spee. Terrible escena que muestra gráficamente lo que dicen pero ocultando sutilmente que en realidad se trata de Tommy Jones, contramaestre del Exeter que desde nuestro buque se trató humanitariamente de rescatar arrojándole el flotador. ¡Qué poca vergüenza la de un enemigo tan malvado que le lleva a ignorar hasta a sus propios caídos en combate! Lo sentimos Tommy.

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