Gott mit uns

Gott mit uns

El ateo es un personaje comodón nacido en una sociedad opulenta en la cual sus necesidades primarias están cubiertas y así pasa la vida sin demasiados desvelos. El ateo quita de su vida a Dios para ponerse a él mismo, que es con mucho lo mejor, porque piensa que no hay nada como hacer lo que uno mismo quiera. Yo calculo, yo controlo, yo hago, yo digo, yo, yo, yo… Todo va bien hasta que se da cuenta de que él no es inmortal y entonces se desmonta la farsa que había montado sobre su misma persona.

Cuando la vida es otra, y se está conviviendo con la muerte continuamente, el hombre instintivamente reza a un ser superior para que le ayude en el peligro. Lo más humano es creer en Dios y cuando no creemos nos deshumanizamos. Como alguien dijo muy acertadamente «en las trincheras no existen los ateos».

«Dios con nosotros»; esa era la leyenda que llevaban los soldados alemanes en la hevilla de los cinturones. Una manera de no olvidar que Dios existe y de que no hay mejor aliado que Él mismo.

Rezando